domingo, 24 de abril de 2011

El periodismo digital del siglo XXI se parece mucho al periodismo del siglo XIX



“Se está regresando a la práctica de poner todos los datos esenciales en los primeros párrafos de una noticia”: Juan Carlos Pérez Salazar.
El editor de BBC de Londres orientó un seminario teórico-práctico para los estudiantes de periodismo digital de EAFIT, en el segundo semestre del año pasado. Uno de los editores de noticias de BBC Mundo, el portal en español de BBC de Londres, hablará de esta particular situación este jueves, a las 10 a.m., en el auditorio 38-125 de EAFIT. Invitado por el pregrado en Comunicación Social, Juan Carlos Pérez Salazar analizará por qué el periodismo más moderno que se hace hoy se parece tanto al de hacía 100 años atrás.

Por Redacción Bitácora
bitacora@eafit.edu.co

¡Qué paradoja! Internet, la tecnología que revolucionó la información y las comunicaciones en todo el planeta, la que hizo realidad la “aldea global” que pregonó Marshall McLuhan en los años 60, está llevando al más vanguardista periodismo a tener algunas de las formas típicas que tuvo durante el siglo XIX y principios del XX.

Es como si la moderna red, la más visible de las llamadas “nuevas tecnologías”, lo hubiera devuelto en el tiempo.

“Hay un regreso a los titulares largos, a la pirámide invertida, a la proliferación y desaparición constante de medios de comunicación y, más alarmante aún, a una atenuación –y en algunos casos casi desaparición– de la frontera entre opinión e información. Todos estos eran fenómenos que se habían visto en el periodismo anglosajón del siglo XIX y, más específicamente, de la Revolución Industrial”, explica Juan Carlos Pérez Salazar.

Este periodista colombiano, editor de noticias de la prestigiosa BBC de Londres en su portal BBC Mundo, empezó a considerar algunas hipótesis al respecto a partir de su trabajo en ese servicio informativo, considerado por muchos como el de mayor credibilidad a nivel internacional.

Sin embargo, esas ideas las cristalizó luego de escuchar una entrevista con Timothy Garton-Ash, un historiador inglés que se dio a conocer por su cubrimiento y análisis de las llamadas “revoluciones de terciopelo”, aquellas que se dieron como un ‘efecto dominó’ a finales de los años 80 del siglo XX en los países de Europa del Este y que tienen como su símbolo más fuerte la caída del Muro de Berlín.

“En esa entrevista –explica Pérez Salazar–, Garton-Ash decía que lo que observa a nivel geopolítico en el mundo de hoy es una especie de retorno a los imperios del siglo XIX. Según él, en la actualidad estamos volviendo a una realidad geopolítica de imperios”.

“No sólo Estados Unidos, que desde el fin de la Guerra Fría prevaleció sobre un mundo unipolar, sino del dramático crecimiento de China y de poderes regionales como India, Rusia y Brasil, que efectivamente están empezando a actuar como imperios a nivel económico e incluso militar en su esfera de influencia. Lo peculiar es que ese retorno se da también en el periodismo”.

LOS CASOS CONCRETOS
Para Juan Carlos Pérez, el ejemplo más claro se esa vuelta a formas clásicas del periodismo de hace más de un siglo está en los titulares. “Ustedes habrán notado –dice– que en los sitios de noticias de Internet los titulares son cada vez más largos y explícitos. Periodísticamente, esto es un regreso en el tiempo, pues la tendencia era a títulos cortos e impactantes”.

Explica que la razón es muy sencilla: cómo el 65% de los internautas utiliza Google, entre otras herramientas para buscar información, un titular debe tener todas las palabras claves para que pueda ser fácilmente ubicable por el buscador.

Lo mismo ocurre con el regreso a la llamada “pirámide invertida”, que es aquella forma de redacción de las noticias en la cual en los primeros párrafos se responde qué pasó, quién participó en el acontecimiento noticioso, cuándo ocurrió, dónde, cómo y por qué.

“La pirámide invertida empezó a surgir como respuesta al invento del telégrafo en 1840. Como era tan costoso transmitir por ese sistema, los periodistas empezaron a escribir lo esencial de una noticia al principio. Luego le agregaban detalles. Esto empezó a usarse de manera intensa durante la guerra civil estadounidense y se consolidó con las agencias de noticias que escribían de esa manera –la mayoría todavía lo hacen– para que los editores cortaran (o caparan, como decimos en Colombia) lo que quisieran de acuerdo con el espacio del que dispusieran”.

Sin embargo, en la segunda parte del siglo XX esa forma de escritura empezó a entrar en desuso porque se quería una redacción menos aburrida, predecible y constreñida. Los medios escritos se fueron alejando de ese corsé tan estrecho, sin dejar de lado el rigor periodístico. “Pues bien, ahora se está regresando a la práctica de poner todos los datos esenciales en los primeros párrafos de una noticia”, comenta Pérez.

Eso se debe también a un adelanto tecnológico: muchas personas están ingresando a las páginas de noticias en Internet a través de teléfonos celulares, Blackberrys, iPads y Kindles. “Y tanto por el tiempo de que disponen para leer como por el formato de estos artilugios, solo leen los primeros párrafos donde, por lo tanto, debe concentrarse toda la información esencial”, afirma el periodista.

LA OPINIÓN COMO SI FUERA INFORMACIÓN
Para el invitado este jueves a EAFIT, la más preocupante de las similitudes entre lo que ocurre ahora y lo que ocurría en el Siglo XIX es la poca separación entre información y opinión dentro de las publicaciones digitales.

“Todos los que estudiamos periodismo y comunicación recordamos cuando nos decían que uno de los grandes logros del periodismo moderno fue la separación entre información y opinión”.

“En el siglo XX, los medios que más se destacaron y más influencia tuvieron fueron los que hicieron de la imparcialidad y la independencia sus banderas, como el New York Times, la BBC, el New Yorker o El Espectador aquí en Colombia. Lo que observo en los últimos años es un regreso a los medios que toman partido y a desdibujar la frontera entre información y opinión”.

Los ejemplos que da Juan Carlos Pérez de este fenómeno van desde Colombia hasta Estados Unidos, desde grandes cadenas de televisión hasta simples blogs de aficionados que apenas llegan al mundo digital y que publican en forma desaforada todo lo que ven y piensan.

Aún así, cree que en el futuro, a pesar de toda esta proliferación de medios, de puntos de vista individuales, de chismes, de manipulación, “va a llegar un momento de saturación en el que los cibernautas van a remitirse a los medios con recorrido y prestigio, en los que haya editores y periodistas que les digan: ¡miren, esto es lo que vale la pena!”.

Y ahí, cree, se volverá a las bases del periodismo moderno, aquel que fue determinante durante buena parte del siglo XX para ayudar a consolidar la democracia y a mantener ciudadanos bien informados para que tuvieran criterios al momento de tomar sus decisiones como actores sociales.

Un periodismo como el que todos reclaman a diario, basado en información manejada con responsabilidad, seriedad, credibilidad y sentido del bien común.

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